¿Cómo nos comportamos acerca de la política delante de los niños?
Acabamos de votar por segunda vez en seis meses y unos se sienten ganadores, otros perdedores y otros indiferentes con los resultados. La política es un tema muy manido en nuestra sociedad, que en ocasiones causa temor, existen conflictos transgeneracionales no resueltos, no logramos superar ciertos traumas, quizá a la propia historia le haga falta un buen psicólogo. ¿Un psicólogo infantil?
¿Sabemos realmente lo que es la política?, no es una pregunta baladí, pues la segunda pregunta y más importante, ¿Qué opinan y piensan los niños de la política?
La propia palabra política, proviene del griego πολιτικος y su significado apunta a un carácter de organización ciudadana, a la manera de tomar decisiones y concretar acciones que permitan un desarrollo armónico, equilibrado y justo entre las personas e instituciones.
Según esta definición, parece que la política sólo corresponde a los jóvenes o adultos, pero no es cierto. ¿Qué hay de los niños?, ¿cómo transmitimos a nuestros hijos nuestra cultura política?. Nuestros hijos, aunque nos sorprenda, tienen nociones políticas, ya que defienden sus ideas e intentan ejercer sus derechos. Nos manipulan en los discursos, mezclando razón y corazón, algunos son perfectos oradores, pragmáticos y contundentes en sus argumentos. Mi hija de tres años el otro día mientras hablábamos su madre y yo en la comida, nos sorprendió:
“Bueno, ya os he estado escuchando mucho, ahora me toca hablar a mí…”, espetó sin vacilación. Su madre y yo nos quedamos en silencio, mirándola de arriba a abajo, mientras su rostro dibujaba una sonrisa cómplice. ¿Reconocen esa situación en alguno de sus hijos?, seguro que sí. Realmente, ella no quería decir nada relacionado con la conversación, sólo quería tener un turno de palabra, dar su opinión y que la escucharan, como ven, no difiere mucho de lo que es un debate político.
El aprendizaje por imitación.
La política y los niños están íntimamente relacionados, ya que serán los niños los futuros políticos, Son los modelos educacionales tanto en la Escuela como en el hogar, los que marquen el devenir político de los países.
Es por ello, que debemos dar una vital importancia a nuestros estilos de vida, nuestras costumbres, nuestra organización familiar, las actitudes, las normas, los valores y las relaciones familiares.
Cuando votamos, a los adultos, se nos llena la boca con la palabra; democracia o derechos. Exigimos estos dos conceptos con vehemencia, pero ¿en nuestros hogares somos democráticos con nuestras parejas o hijos?, ¿cumplimos con nuestras obligaciones para poder exigir nuestros derechos? Considero que todo esto es más vital que ejercer el derecho al voto.
Llamamos violentos, mentirosos, radicales y ladrones a los políticos. Supongo que de algún sitio lo habrán aprendido. ¿Gritamos a nuestros hijos?, ¿les pegamos?, ¿somos honestos con ellos o les mentimos?, ¿Hablamos y dialogamos con ellos o simplemente les ordenamos lo que tienen que hacer?
Todas estas preguntas tienen una rápida respuesta, sean honestos con ustedes mismos. Las consecuencias de nuestros actos son inexorables, son el futuro más inmediato de sus hijos, mis queridos padres y madres.
Al comunicarnos con nuestros hijos, debemos escuchar, informar objetivamente de lo que estamos escuchando y pensamos sobre ese tema y finalmente orientar. Lo importante es establecer un diálogo, ya que a todas las preguntas que nos hacen nuestros hijos no tenemos por qué tener respuesta, tal vez la tenemos que buscar juntos o simplemente decir que no la sabemos y que intentaremos buscar la respuesta.
Con esta premisa, enseñar el respeto a los demás y a las normas y obligaciones, será mucho más sencillo. Pues el niño no necesita aprender por órdenes ni doctrinas, el niño necesita interiorizar y discurrir el por qué de las cosas. Es la única manera de que las aprenda con total efectividad y afectividad social.
Los niños no hacen lo que se les dice, hacen lo que ven. Son verdaderas “esponjas”, que soltarán todo ese líquido acumulado en un futuro, en nuestro futuro.
Muchos de nuestros pequeños, no saben todavía definir; democracia, libertad, dictadura, anarquía, etc. Pero sí ejercen este tipo de políticas en su día a día. Es un aprendizaje por imitación . La política no tiene ningún componente genético, por lo tanto es completamente educable y moldeable. Seamos responsables con ello.
No me gustaría terminar, sin hacer referencia a un pasaje del grandísimo libro de la literatura infantil de los años 50. “El señor de las moscas” de William Golding, un libro moralista (la maldad y la bondad como contraposición) que habla sobre la pérdida de la inocencia infantil en un grupo de niños que se ven obligados a sobrevivir, solos y sin ningún adulto, en una isla desierta tras estrellarse el avión en el que viajaban.
– Digo… ¿qué pasa si enfermamos?
– Hombre, tienes que dejar de preocuparte tanto. Mira lo bueno. Sin padres, sin profesores, sin academia, sin chicas… Claro que me gustarían de vez en cuando.
– Como si alguna vez las tuvieras allí… (En el hogar que acaban de dejar atrás)
No vale con estar presentes, hay que educar y amar con honestidad y sin reservas a nuestros hijos. Es la única manera de cambiar el rumbo político hacia los valores y las relaciones humanas, la única manera de no acabar con el “reino” de nuestros hijos, con su castillo de almohadas.