La depresión infantil. Cómo influye Pokemon Go en tus hijos.
En 1996, un imberbe Satoshi Tajiri creó a los Pokémon, en Machida (Japón), una ciudad de poco menos de medio millón de habitantes, a 20 km de la gran Tokio. ¿Con qué fin?, los creó con el fin de que todos aquellos niños que vivían en grandes ciudades, pudieran experimentar la maravillosa sensación, aunque fuera artificial, de “cazar” mariposas y pequeños insectos de campo.
Los creó para simular una vida rural a niños criados en las grandes urbes niponas. El bueno de Satoshi, hoy se frota las manos y los ojos al ver cómo se le ha dado la vuelta a la tortilla, aunque observando la plusvalía que ha tenido su “experimento”, pensará que; sarna con gusto no pica, que traducido al japonés podría decir esto; “los niños ya no entienden el mensaje, pero me forré”.
Pokémon deriva del acrónimo del concepto japonés Poketto Monsuta, que significa “monstruo de bolsillo”. Y es aquí donde quiero llegar, así que pongámonos un poco más serios y desgranemos semejante fenómeno social en los niños, lo de los mayores mejor para otro día.
Verdaderamente estos Pokémon son “monstruos de bolsillo”, ya que este fenómeno comparte demasiadas características con otro monstruo: la depresión infantil.
Depresión infantil.
A continuación les enuncio cuáles son los criterios diagnósticos de la depresión infantil, según el CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades)
El diagnóstico de la depresión infantil según la CIE-10 sigue los siguientes criterios:
1) La duración del episodio depresivo debe ser como mínimo de dos semanas y no estar relacionado con el consumo de ninguna sustancia.
2) Presencia de dos de los siguientes síntomas:
- Humor depresivo: los niños y adolescentes, pueden presentar un estado de ánimo deprimido o irritable. Los más pequeños, además, a menudo no son capaces de describir cómo se sienten y suelen quejarse de molestias físicas imprecisas, y mostrar una triste expresión facial o una escasa comunicación visual. El ánimo irritable se puede manifestar con una conducta agresiva o acciones que demuestren hostilidad o cólera.
- Pérdida de interés hacia el entorno, o incapacidad para disfrutar con el juego o con las actividades escolares.
- Falta de energía.
3) Presencia de uno o más de los siguientes síntomas:
- Pérdida de confianza y autoestima, y sentimientos de inferioridad.
- Reproches.
- Ideas o intentos autodestructivos
- Incapacidad para concentrarse o tomar decisiones, que se traduce en problemas de conducta o un bajo rendimiento académico.
- Actividad psicomotriz agitada o inhibida.
- Alteraciones del sueño
- Variaciones de peso (en los niños generalmente se da un aumento).
4) Quejas somáticas (dolor de cabeza, tripa, etcétera).
Comparemos estos criterios con el fenómeno Pokémon:
- El fenómeno Pokémon lleva instaurado en nuestro menores desde hace ya más de dos semanas y desde luego no está provocado por el uso de ninguna sustancia, más bien está provocado por un fenómeno social novedoso y sumamente artificial.
- Parece ser que en los menores, jugadores de Pokémon, sí aparece una irritabilidad excesiva al no encontrar a sus Pokémon, también existe baja comunicación visual al estar todo el rato mirando el móvil, poca interacción con los demás y poca expresión facial, es curioso ver como se persigue a un Pokémon desde el móvil sin mover ni una ceja. También aparecen molestias físicas, dolores de cuello y hombro en el mejor de los casos, en el peor, se han dado casos de muertes, al producirse accidentes mortales al intentar cazar a estos monstruitos. ¡INCREÍBLE PERO CIERTO!
- La pérdida de interés por el entorno es manifiesta. Hace unos días observé en las noticias, como un millar de personas estaban cazando Pokémon en la falda de la Torre Eiffel y nadie miraba hacia arriba para contemplar su majestuosidad. Así que hablar del juego de interacción con otros niños en los entornos naturales a estas alturas parecería un chiste. Esto explicaría muy bien la falta de interés general y pérdida de energía que hoy día experimentan nuestros menores.
- La autoestima, sentimientos de inferioridad y los reproches entre los niños, están muy presentes en este fenómeno social. Pues aquí el que tiene más Pokémon es el amo del parque, con lo que ello conlleva, pues los niños son maquiavélicos. Podrían pactar con el diablo por obtener el Pokémon alfa o como se llame.
- Llegamos al factor; concentración, ustedes me dirán, pues los Pokémon para concentrarse sí valen. Claro que valen, pero la concentración no significa abstracción total. Los problemas de conducta y el bajo rendimiento académico irían encadenados y serían una clara consecuencia del abuso de la tecnología, el móvil. Como ya expliqué en anteriores artículos.
- La actividad psicomotriz disminuye bastante, pues aunque el juego exija andar para buscar Pokémon, no se considera un ejercicio completo para esta etapa evolutiva. Lo que conlleva un aumento de peso (al eliminar otras actividades deportivas) y alteraciones del sueño lógicas por el abuso del móvil.
- Por último, aparecen los dolores de tripa, cabeza, etc. Lógico también en el mundo Pokémon. Todas las tardes cazando Pokémon y comiendo chuches por la calle igual a; Dolor de cabeza, dolor de tripa, disculpen la ironía.
El gran Satoshi Tajiri creó los Pokémon, para simular una de sus tardes infantiles cazando mariposas en el campo. Lo que demuestra la teoría científica del caos “El efecto mariposa; el simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo». Pues eso, caos social.